La prestación por desempleo como trampolín del autoempleo

El incremento constante del número de desempleados es uno de los indicadores más preocupantes de la situación que atravesamos. De este cada vez más numeroso colectivo, al menos la mitad son desempleados de larga duración, es decir, personas que llevan más de un año buscando trabajo. Esta circunstancia avoca a muchos a plantearse la fórmula del autoempleo como única solución para reincorporarse al mercado laboral.

La puesta en marcha de una actividad por cuenta propia no es algo fácil y requiere hacer frente a unos gastos. La capitalización o pago único de la prestación por desempleo constituye una interesante opción para aquellos emprendedores en busca de recursos. Dicha medida permite facilitar iniciativas de empleo autónomo a través del abono del valor actual del importe de la prestación por desempleo de nivel contributivo, a las personas beneficiarias de prestaciones que pretenden incorporarse, de forma estable, como socios trabajadores o de trabajo en cooperativas o en sociedades laborales, a quienes las constituyan, o a los que quieran desarrollar una nueva actividad como trabajadores autónomos.

Las modalidades de pago único van desde ayudas para facilitar el desembolso necesario para iniciar la actividad hasta la subvención de las cuotas de la Seguridad Social durante su desarrollo. Será, en todo caso, requisito indispensable tener al menos tres meses de prestación por percibir, no haber obtenido el reconocimiento de un pago único en los cuatro años anteriores a la fecha de solicitud del derecho que ahora se pretende, e iniciar la actividad con posterioridad a la solicitud en el plazo máximo de un mes desde la resolución de concesión del derecho.

En la solicitud deberá hacerse constar la modalidad de pago único que se pretende en función de la actividad por cuenta propia a desarrollar.