Liquidaciones de Hacienda que se anulan, aunque el contribuyente no tenga la razón

Cuando un contribuyente recibe una liquidación de Hacienda, una vez pasado el susto inicial, lo primero que suele hacer es tratar de averiguar quién tiene la razón, si Hacienda, o él. Básicamente, quiere saber si cometió algún error en su declaración, o si por el contrario la liquidación dictada es infundada. Sin dejar de ser estos aspectos importantes, lo cierto es que la mayoría de liquidaciones que se anulan en los Tribunales, lo son por los defectos formales que comete Hacienda...

Aunque suene extraño así es. Nuestra experiencia profesional nos demuestra que en la mayoría de los casos, los Tribunales anulan liquidaciones dictadas por Hacienda sin hacer consideración alguna sobre el fondo del asunto. Ignorando por tanto completamente, quién tiene la razón. Dejando a un lado en consecuencia, si el contribuyente declaró correctamente o no sus obligaciones tributarias.

Esto es, sin duda, una buena noticia para el contribuyente, ya que tener en cuenta estos motivos formales de impugnación, amplía considerablemente sus posibilidades de defensa.

Conviene por tanto repasar minuciosamente el procedimiento seguido hasta detectar el error de Hacienda. Y es que nuestra normativa tributaria es prolija en requisitos, plazos, y exigencias formales, y no es tan fácil como parece tramitar un procedimiento de comprobación desde su inicio hasta su conclusión sin vulnerar de algún modo, los derechos y garantías que asisten al contribuyente.

Como ejemplo de todo lo anterior queremos referirnos a una reciente resolución del TEAR de Valencia (Sala Desconcentrada de Alicante) que nos ha hecho llegar un compañero asesor fiscal. Dicha resolución anula una liquidación dictada como consecuencia de la existencia de discrepancias entre las retenciones a trabajadores declaradas por el contribuyente y las calculadas por la Administración. Y se anula porque el procedimiento de verificación de datos utilizado por la Agencia Tributaria, no es procedente para realizar este tipo de comprobaciones. Dicha liquidación podría haberse anulado también por falta de motivación, ya que es frecuente que la Administración indique al contribuyente cuáles son las retenciones que estima correctas, pero sin molestarse en explicar el origen de sus cálculos.

Y lo mejor es que, en ambos casos, a nadie le importa si las retenciones realmente se calcularon correcta o incorrectamente. A nadie le importa en definitiva, quién tenga la razón sobre el fondo del asunto.

Por ello nunca deje sin recurrir una liquidación porque aparentemente no tenga la razón. Como dijimos en un post anterior, es frecuente la anulación de liquidaciones contra las que no había nada que hacer.

Si recibe una liquidación de Hacienda piénselo muy bien antes de dejarla sin recurrir. Aunque usted no lo crea, su problema puede tener solución. ¡Consúltenos! Estaremos encantados de ayudarle.