Valor de referencia e IRPF: ¿Tiene sentido valorar un mismo inmueble de forma distinta, en dos impuestos?

El valor de referencia de Catastro ha llegado para quedarse (al menos, esa es la intención de la Administración tributaria). Por si fuera poco, amenaza con proyectarse a otras operaciones e impuestos distintos al de Transmisiones Patrimoniales (ITPAJD), y de Sucesiones y Donaciones (ISyD), que eran, en principio, su hábitat natural. Ejemplo de ello es la tributación en el IRPF de las transmisiones onerosas de inmuebles... El valor de transmisión de un inmueble, ¿Se ve afectado por el valor de referencia? Esta cuestión acaba de ser aclarada por la Dirección General de Tributos. 

 

EL CASO PLANTEADO A LA DIRECCIÓN GENERAL DE TRIBUTOS

En efecto, la Dirección General de Tributos, en resolución V1601-22, de 1 de julio, ha aclarado si las transmisión onerosa de un inmueble se ve afectada por el valor de referencia de Catastro. No es, ni mucho, una cuestión baladí. Pensemos, por ejemplo, en un contribuyente que transmite un inmueble por 250.000 euros, siendo su valor de referencia el de 350.000 euros.

En esta situación, el contribuyente que adquiere el inmueble, si la operación queda gravada en el ITPAJD, deberá tributar por el valor de referencia, porque ésta es la base imponible de dicho impuesto. Pero, ¿qué ocurre con el contribuyente que transmite el inmueble? ¿Se ve igualmente obligado a considerar dicho valor de referencia como valor de transmisión, incrementando así notablemente la ganancia patrimonial?

En este punto, ha de tenerse en cuenta que la tributación en el IRPF de las ganancias patrimoniales (al 19%, 21%, 23% y 26%) aumenta el varapalo fiscal que, ya de por sí, supone tributar por el valor de referencia.

LA RESOLUCIÓN V1601-22, DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE TRIBUTOS

Pues bien, el criterio de Tributos beneficia, en esta ocasión, a los contribuyentes que transmiten un inmueble. Así, el órgano directivo se refiere al artículo 35 de la Ley del IRPF, que a la hora de determinar el valor de adquisición y transmisión de un inmueble, se remite en ambos casos al importe real por el que se verificó la operación.

Teniendo en cuenta lo anterior concluye la Dirección General de Tributos que "De acuerdo con la dicción literal de este precepto, para la determinación del valor de adquisición hay que partir del importe real por el que la adquisición se hubiera efectuado. De igual forma, para la determinar del valor de transmisión se parte del importe real por el que la enajenación se hubiese efectuado, tomándose como tal el efectivamente satisfecho, siempre que no resulte inferior al normal de mercado, en cuyo caso prevalecerá éste. Por lo tanto, será esta la forma de determinación de los valores de adquisición y transmisión del inmueble transmitido a los efectos del cálculo de la ganancia o pérdida patrimonial en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Y ello con independencia de la determinación de la base imponible que proceda en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITPAJD)."

Tributos, a favor de la estanqueidad en la valoración de inmuebles en IRPF e ITPAJD

Por tanto, la Dirección General de Tributos no ve problema alguno en que contribuyentes que realizan una misma operación, tributen por valores distintos. Parece descartarse incluso, la posibilidad de que la AEAT compruebe el valor de transmisión declarado (caso de que sea inferior al de referencia de Catastro), asimilando este último valor al de mercado (artículo 35.2, párrafo segundo).

En consecuencia, los contribuyentes sujetos al ITPAJD quedarán obligados a tributar por el valor de referencia. Sin embargo, los contribuyentes que transmiten el inmueble podrán ignorar dicho valor de referencia, y calcular la ganancia patrimonial partiendo del importe real por el que se haya verificado la transmisión. 

¿Tiene esto algún sentido?

valor de transmisión

¿PUEDE UN INMUEBLE VALORARSE DE FORMA DISTINTA, EN DOS IMPUESTOS?

Estamos ante una cuestión a la que nos referimos hace tiempo en este mismo blog, pero que cobra plena actualidad con la irrupción del valor de referencia de Catastro. 

Y es que, ciertamente, el debate que viene de lejos, existiendo dos interpretaciones o posiciones enfrentadas. Así, por un lado, están los que defienden que cada tributo es autónomo e independiente de los demás, y funcionan como compartimentos estancos. Por tanto, la valoración realizada para un tributo no afectaría a otros. Es lo que se conoce como principio de estanqueidad tributaria. De hecho, el criterio de Tributos que hemos comentado parece, se alinearía en esta interpretación.

Por otro lado, están los que defienden el principio de unidad o unicidad. Según esta interpretación, la valoración administrativa realizada para un impuesto vincula a cualquier otro. Por este motivo, un mismo bien no puede tener un valor para el Impuesto de Sociedades, y otro distinto para el de Transmisiones Patrimoniales.

La crítica a los principios de estanqueidad y unicidad de la valoración

No es, sin embargo oro, todo lo que reluce. Así, el principio de estanqueidad siempre ha sido criticado por negar la interrelación existente entre los distintos impuestos, y la personalidad única de la Administración. Por si fuera poco, este principio, plantea problemas por atribuir a un mismo bien distintos valores en función del impuesto de que se trate. 

Por su parte, el principio de unidad tampoco puede aplicarse de modo absoluto. Y ello, porque tenemos un sistema tributario integrado por impuestos muy diversos, con normas de valoración que son, en ocasiones, muy distintas.

Así, la valoración de los bienes a efectos de los distintos impuestos (Patrimonio, ITP, IRPF, Sociedades...) es extraordinariamente diversa. Podemos hablar de valores históricos o actuales, de mercado. O valores que se fijan capitalizando rentas reales o medias, ciertas o presuntas. También los procedimientos para determinar estos valores varían (procedimiento estimación directa-contable, indirecta, comprobación de valores...).

¿Qué solución han dado los Tribunales?

Esta cuestión ha sido objeto de diversas resoluciones judiciales. Ejemplo de ello es la sentencia de 25-5-2017 (recurso 341/2015) de la Audiencia Nacional, que declaró que "constituye un axioma que si el concepto técnico fiscal del valor es igual o muy próximo y el método de valoración admisible es el mismo, como por ejemplo, el dictamen pericial aplicado a efectos de un tributo, no tiene sentido el mantener un valor distinto en el otro tributo."

Por su parte, el Tribunal Supremo, en sentencia de 21-12-2015 (recurso 2068/2014) dictada en unificación de doctrina, refiriéndose a las estrechas relaciones entre el IRPF y el ITPAJD, declaró que "parece, pues, razonable y coherente que la valoración previa de un bien realizada por una Administración tributaria, vincule a todos los efectos respecto a estos dos tributos a las demás Administraciones competentes, más si se trata de impuestos estatales, si bien el segundo cedido a las Comunidades Autónomas".

Vemos por tanto cómo, el criterio de los Tribunales es el de unicidad en las valoraciones. Especialmente, cuando estemos ante impuestos que tienen en cuenta aspectos comunes en la valoración.

CONCLUSIÓN

En definitiva, parece claro que, sobre el papel, la interpretación de Tributos de valorar un mismo inmueble de forma distinta en el ITPAJD y en el IRPF (principio de estanqueidad) no casa bien con el criterio de los Tribunales. Ni resiste el indubitado hecho de que ambos tributos se acaban refiriendo, directa o indirectamente, a un mismo parámetro, como es el valor de mercado. Y que no tiene sentido por tanto, que su valoración sea distinta para comprador y vendedor, en relación con una misma operación de adquisición y transmisión.

La duda es, por tanto, cuál de ambos valores debe prevalecer, el que resulta del importe efectivamente satisfecho en la transmisión, o el de referencia de Catastro, que es un valor presunto que nace ya con la posibilidad de impugnarlo, aportando prueba en contrario.

En nuestra opinión, debe declararse en el IRPF el valor real de la transmisión. Y utilizar precisamente dicha diferencia en la valoración, dicha vulneración del principio de unicidad, para cuestionar el valor de referencia de Catastro.