En ocasiones, puede ocurrir que la caja de la empresa arroje durante el ejercicio, o al final del mismo un resultado negativo. Esto puede deberse a diversos motivos, pero nos interesa preguntarnos: ¿Es peligrosa esta situación cara a Hacienda? ¿Cuáles son los peligros fiscales que pueden derivarse de dicha caja negativa?
En principio, parece que la caja nunca puede dar un resultado negativo. ¿Cómo se van a seguir adquiriendo y pagando bienes o servicios una vez se acaba el dinero? Sin embargo, la realidad contable nos enseña que no es relativamente extraño que dichas situaciones de caja negativa se produzcan.
Como hemos dicho, que la caja arroje un resultado negativo puede deberse a varios motivos. Empezando por los más inofensivos, nos referiremos a los desfases a la hora de contabilizar algún ingreso o gasto. Estaríamos hablando por tanto de saldos negativos de carácter temporal, que quedarían corregidos al poco tiempo. Dichos descuadres temporales no tendrían en consecuencia implicaciones fiscales negativas para la empresa, aunque es conveniente evitarlos.
Entrando en los motivos menos inofensivos para la empresa, y que pueden acarrearle algún que otro quebradero de cabeza con Hacienda, tenemos la existencia de cantidades pagadas por los socios con su propio dinero, y que en contabilidad se han reflejado como salidas de caja. En ese caso debe corregirse la contabilidad e imputar las salidas no a la cuenta de caja, sino a la cuenta corriente de socios. Y si la empresa no reintegra al socio dichas cantidades en breve, es conveniente considerar la operación como un préstamo, y valorar la misma a precio de mercado.
Por último, en ausencia de alguno de los motivos anteriores o, en general, de cualquier explicación convincente, Hacienda puede entender, y nos consta que así lo está haciendo en los últimos tiempos, que existen ventas no declaradas, regularizando el impuesto de Sociedades declarado para incluir dichas ventas. El importe en que se valorarán dichas ventas será además, el del mayor saldo negativo que se haya producido durante el ejercicio.
Téngalo en cuenta pues, y revise bien los movimientos de la cuenta de caja antes de cerrar el ejercicio, para evitar futuros problemas con Hacienda. Y si finalmente estos son inevitables, no dude en contactar con nuestro despacho. Somos especialistas en defender al contribuyente.